viernes, 16 de diciembre de 2011

Las mujeres y el ajedrez

El ajedrez es un juego de mesa apasionante que requiere de mucha concentración mental. Para vencer, hay que atacar defendiendo y defender atacando. 

            De hecho, la primera partida jugada en Europa tuvo lugar en la Córdoba de los Califas y hasta el propio rey Alfonso X El Sabio dejó escrito varios tratados sobre dicho juego. En un principio, las piezas más débiles eran la reina y los peones hasta que en una posterior modificación se dotó a la reina de una mayor movilización convirtiéndola en la pieza más importante y peligrosa. 

            Dicha modificación no significaba una premonición del poder que pudieran alcanzar las mujeres en la sociedad y, por fortuna, no se equivocaron; por el ajedrez o no, la mujer ha brillado con luz propia en los campos de la ciencia, el arte, la literatura y en la política.

            Incluso en la historia de las guerras se les reconoce su valor. Cómo no mencionar a las anónimas heroínas aguantando estoicamente la crueldad de las guerras que organizan los hombres. 

            A pesar de las experiencias vividas, todavía existen cobardes que se resisten a reconocer el verdadero papel femenino en la actual sociedad del siglo XXI. 

            Doblemente cobardes: por no ser capaces de resolver con inteligencia un problema familiar y por abusar de su fuerza física. 

            Antes, decían: "La maté porque era mía". Y ahora: "La maté porque se puso a mi altura intelectual y yo soy muy macho". Cobarde, machista o complejo de inferioridad, el caso que el pasado año murieron 70 mujeres a mano de sus parejas. 

            En el ajedrez, el jugador torpe, ansioso de vencer, se precipita en dar jaque a la reina sin mediar las consecuencias del lance y pierde la partida; en el tablero real, el cobarde maltratador, creyéndose más sabio y poderoso, pretende dar jaque a su reina y pierde la partida rumiando en la cárcel su error. 
            Para las mujeres no ha resultado fácil iniciarse en el mundo de la competición ajedrecística. En el siglo XVIII hombres y mujeres solteros jugaban al ajedrez como preámbulo del juego amoroso, para intentar mantener una relación romántica.
Pero cuando en el siglo XIX el ajedrez se puso de moda en los cafés y clubs la jugadora femenina desaparece radicalmente de la escena y a menudo no se les permite siquiera estar presentes. Se les excluye de partidas y  torneos y aunque no participa oficialmente se reconoce en aquella época el excelente juego deAmalie Paulsen(1831-1869), hermana de Louis y de Wildfried Paulsen.
El primer torneo femenino se juega en Londres para celebrar el jubileo de la reina Victoria de Inglaterra y evidentemente no estuvo exento de críticas. Más tarde, en el siglo XX, Vera Menchik se enfrentó a  las normas de la sociedad de principios de siglo participando en torneos de ajedrez para hombres. La sociedad de la época la miraba con desdén, además debió enfrentarse a la dura oposición de algunos hombres que se sintieron heridos en su orgullo por verse derrotados ante una mujer.
Menchik nació y se crió en Moscú donde aprendió a jugar al ajedrez, en 1921 se trasladó a Inglaterra con su familia. En Hastings, ciudad a la que se trasladó, se celebra un torneo anual de ajedrez. Se afilió al club de ajedrez de la ciudad y se hizo discípula de Geza Maroczy.  Decidió competir exclusivamente en campeonatos reservados para hormbres y en campeonatos del mundo femeninos, ganando la mitad de las competiciones con solamente 22 años. Aunque sus resultados no siempre fueron brillantes gano a ajedrecistas de la talla de Max Euwe, Jacques Mieses, Lajos Steiner, Frederick Yates, Edgar Colle, Fritz Sämisch y George Thomas entre otros muchos.
Las tres hermanas Polgar, nacidas en Budapest en el siglo XX, son excepcionales jugadoras. Judit y Susan se convierten en Grandes Maestras y Sofía ha conseguido el título de Maestra Nacional. Nunca fueron al colegio, fueron educadas en casa porque sus padres eran pedagogos y desde pequeñas las llevaron a jugar torneos para hombres.
Hoy en día hay mujeres de todo el mundo  que intentan abrirse camino en el mundo del ajedrez pero creo que no les resulta fácil. Desgraciadamente existen campeonatos como el World Chess Beauty Contest  un concurso para mujeres ajedrecistas en el que, registrándose cualquier persona en su web tiene derecho a votar por una ajedrecista y no precisamente compiten en un tablero, se trata de votar a la más guapa. Creo que convierten el ajedrez y la inteligencia femenina en una burla.

La segunda edición del Torneo Internacional Femenino de Ajedrez, recientemente celebrado en Bakú, fue un gran éxito y los patrocinadores y organizadores se han quedado tan contentos que han prometido repetir la buena experiencia en un futuro.
Siempre se ha dicho que los hombres son mejores que las mujeres ajedrecísticamente hablando, pero eso no es del todo cierto. Hay hechos que demuestran que esa “leyenda urbana” es verdad, como que  en el Top 100 de los jugadores de ajedrez solamente hay unas 2 o 3 mujeres, o que en el Top 500 de jugadores españoles no haya ninguna sola mujer, pero de lo que estoy seguro es de que tanto los hombres como las mujeres tienen las mismas habilidades de análisis y cálculo de posiciones. En el ajedrez como en la vida, hay muchas excepciones.
Un debate muy común en ambientes ajedrecísticos trata sobre la figura femenina en nuestro deporte.
Surgen varias interrogantes: ¿Por qué no ha habido ninguna mujer campeona del mundo? ¿Por qué solamente Judith Polgar ha conseguido entrar en el selecto grupo de la superélite? ¿El hecho de que existan premios y categorías femeninas en nuestros campeonatos es machista? ¿Sería machista precisamente retirar esas categorías? ¿Qué diferencias hay entre la mente de un hombre y la de una mujer?

 Para responder las interrogantes hay que partir de las dificultades que tiene la mujer para dedicarse a determinados trabajos, bien por el rechazo de la sociedad o bien por la educación que se nos imparte desde niños. El ajedrez es un claro ejemplo, siempre es una posibilidad que se ofrece al niño, pero raras veces a las niñas. 
             A nivel profesional hay que tener en cuenta que el número de jugadoras federadas es hoy en día mucho menor que el de hombres -1 mujer cada 100 hombres-. Así es difícil pensar que puedan competir al mismo nivel que un hombre. A pesar de todo nos encontramos con un buen número de jugadoras que lo hacen: las hermanas Polgar, Xie Jun, Koneru... Hay que tener un poco de paciencia y el problema se irá haciendo cada vez más pequeño. Pero se debe empezar por la base, que a una niña se den las mismas posibilidades que a un niño y no se le imparta una educación tan pasiva.
             Este problema se viene arrastrando desde que se creó el ajedrez, hace sólo unas décadas este era un juego exclusivo de hombres. No podemos pretender que con estos antecedentes se pueda competir en igualdad de condiciones. 




TORNEOS

            Aquí se pueden ver Torneos donde las mujeres obtuvieron grandes resultados frente a los mejores jugadores masculinos. No son muchos, pero lo normal es que las mujeres solo jugasen Torneos femeninos y solo las más atrevidas se decidieron y demostraron que pueden competir con garantías ante el sexo opuesto.

           La primera victoria en un torneo internacional llegó en el año 1977, la logró Nona Gaprindashvili en el open de Lone Pine (Estados Unidos).


Torneo femenino de Londres 1897


         Este fue el primer torneo de la historia en el que solo intervinieron mujeres, se disputó en Londres para celebrar el jubileo de la Reina Victoria de Inglaterra.
         El torneo despertó una gran expectación y también muchas opiniones en contra (cosa que puede ocurrir desgraciadamente hoy en día), ya que muchos consideraban que las mujeres no podrían alcanzar el nivel de los hombres frente a un tablero..
         20 jugadoras lucharon por el triunfo a lo largo de 19 rondas disputadas a lo largo de 10 días. La ceremonia de inauguración tuvo lugar en el Hotel Cecil y el discurso de bienvenida fue pronunciado por el diputado del Parlamento Británico Mr. Plunket.
         El torneo comenzó el 23 de Junio de 1897 en el Ladies Chess Club de Londres; se jugaron dos partidas al día (salvo el domingo), la primera de las 13 h a las 17 h y la segunda de las 19 h hasta las 23 h. Se exigía hacer un mínimo de 20 movimientos por hora. Un titánico esfuerzo el que tuvieron que realizar estas pioneras y que deja obsoleto el tópico de "sexo débil".
         Solo una jugadora se retiró del torneo (en la 3ª Ronda): Finn, por problemas de salud
         La ganadora fue una jugadora inglesa: Mary Rudge, ganó todas las partidas salvo una en la que hizo tablas con la belga Bonnefin. Estas fueron las 7 primeras clasificadas:
Jugadora
País
Puntos
1-
Mary Rudge
Inglaterra
18'5
2-
Louisa Fagan
Italia
15'5
3-
Thorold
Inglaterra
14
4-
Harriet Wolrrall
Estados Unidos
13
5-
Marie Bonnefin
Bélgica
12'5
6-
F. S. Berry
Irlanda
11'5
7-
Edith Thomas
Inglaterra
11'5

Pequeña reseña de las mujeres más importantes en la historia del ajedrez:


Vera Menchik, la gran pionera

 Vera Menchik nació el 16 de Febrero de 1906, en Moscú (Rusia). Falleció el 26 de Junio de 1944, en Londres (Inglaterra).
         Vera Menchik fue la primera jugadora que se atrevió a desafiar las normas de la sociedad de principios del siglo XX. Decidió participar en torneos de ajedrez reservados exclusivamente para hombres, se mostró firme y demostró mucho valor para enfrentarse a las duras críticas que fueron vertidas sobre su persona.
         Menchik pasó los primeros 15 años de su vida en Moscú, aprendió a jugar al ajedrez durante esta época en el seno familiar. En 1921 se trasladó a Hastings (Inglaterra) junto con toda su familia. Allí pudo fomentar su afición al ajedrez ya que el ambiente era propicio para ello, Hastings era y es una ciudad con muchos aficionados al ajedrez debido al famoso torneo que se disputa allí cada año. No tardó mucho en afiliarse al club de ajedrez de la ciudad y allí pudo conocer al gran jugador Geza Maroczy, que decidió tomarla como su discípula al ver su tremendo potencial.
         Menchik decidió no tomar parte en los torneos femeninos y sólo disputar los torneos que hasta ese momento estaban reservados a los hombres (algo que no había ocurrido en toda la historia del ajedrez). Sólo se saltó esta norma para poder disputar los campeonatos del mundo femeninos. Su debut se produjo en el Torneo de Scarborough de 1928, Vera contaba con solo 22 años y nadie creía que pudiese lograr una sola victoria, pero los resultados sorprendieron a todos ya que consiguió 4'5 puntos de 9 posibles. Un gran resultado teniendo en cuenta que era su debut y que todavía era muy joven.
            A partir de aquí no dejó de acudir a los torneos internacionales, algo que convulsionó el mundo del ajedrez. 
         Una prueba de estos 'movimientos sísmicos' se produjo en el torneo de Karlsbad de 1929, allí el maestro austriaco Albert Berger tuvo un gesto desdeñoso hacia Menchik: antes del comienzo del torneo propuso fundar un club exclusivo para hombres al que bautizó "Club Vera Menchik"; dictaminó que podrían formar parte de este club los jugadores que perdieran una partida con Menchik.
La decisión de Menchik de competir al mismo nivel que los hombres fue muy importante, aunque sus resultados no fueron demasiado brillantes, abrió el camino para que la participación de las mujeres en torneos fuese considerado algo normal. Años más tarde fueron apareciendo cada vez más mujeres en la escena internacional, logrando cosechar triunfos de forma progresiva.


Descubriendo a Sonja Graf

Sonja Graf nació el 15 de Febrero de 1908, en Munich (Alemania). Falleció el 6 de Marzo de 1956, en New York (Estados Unidos).
En mayo de 1931 decidieron probar la fuerza de Graf y se concertó un encuentro contra la señorita Müller (considerada la mejor jugadora de Munich). Quedó bastante claro que la mejor jugadora de Munich no era la señorita Muller sino la joven Graf; el resultado fue de 3-0 a favor de Sonja Graf. A pesar de que el match estaba previsto para más partidas, Muller abandonó tras la tercera. La segunda partida fue especialmente bonita, Graf consiguió dar un mate con dos caballos muy similar a una famosa partida de Paul Morphy. A partir de ese momento la apodaron "la pequeña Morphy".
Sonja Graf estuvo acudiendo a ese club de ajedrez durante 9 meses y siguió sorprendiendo a todos por su facilidad para el juego. Comprendía con facilidad la posición de cada partida y sabía explotar las debilidades del juego de su oponente. En el club ya no tenía rival y todo esto lo logró sin leer un sólo libro de ajedrez. Algo totalmente verídico ya que ella reconoció que ni siquiera conocía la existencia de libros de ajedrez y cuando le comentaron que había multitud de títulos publicados se echó a reír sin creerse lo que le estaban contando.
El Doctor Dyckoff, un experto jugador que logró ser campeón del mundo por correspondencia, la estuvo observando durante meses y se dio cuenta de su potencial, ofreciéndose a ser su maestro. Dyckoff le enseñó los principios fundamentales del ajedrez que regían en aquella época: los del Doctor Siegbert Tarrasch.
Su aparición en las competiciones reservadas para hombres no estuvo acompañada de buenos resultados, en casi todos los torneos que disputó terminó en las últimas posiciones y sólo se pueden salvar algunas victorias ante alguno de los grandes jugadores de la época. La competencia era muy dura, había pocos torneos y por eso a cada uno de ellos acudía gran número de figuras mundiales. Además los hombres se empleaban a fondo para no caer en la deshonra de ser derrotados por una mujer.
           Tras la guerra no disputó más torneos internacionales de nivel, aunque siguió jugando algún torneo en su nuevo país. En 1956 ganó el Campeonato femenino de California, dos años más tarde ganó el Campeonato femenino de los Estados Unidos (igualada con Gisela Kahn). En 1965 volvió a obtener el título de campeona de los Estados Unidos, justo un año antes de su fallecimiento.




  Judit Polgar, rompiendo barreras


Judit Polgar nació el 23 de Julio de 1976 en Budapest (Hungría).
Judit comenzó a destacar muy pronto y ya con 8 años derrotaba a ajedrecistas veteranos, aunque lo que más llamaba la atención era su estilo, atrevido e imaginativo, algo impropio en una mente de tan corta edad. En sus primeros torneos Judit siempre iba acompañada por su madre y resultaba gracioso ver a una niña (que siempre jugaba con un peluche al lado del tablero) ganando a jugadores experimentados y curtidos en mil batallas.
A pesar de estas apariciones en las olimpiadas femeninas, Judit no ha participado nunca en un torneo femenino, ni siquiera en el Campeonato del Mundo. Hay que recordar que Zsuzsa rompió esta tradición jugando el Campeonato del Mundo ante la china Xie Jun en el año 1996, donde logró arrebatar el trono a la campeona al vencer por 8'5-4'5 (una de las personas que ayudaron a Zsuzsa a prepararse fue su hermana Judit). Hay que recordar que la primera mujer en negarse a jugar torneos femeninos fue la inglesa Vera Menchik (1908-1944), hoy en día también la sueca Pia Cramling juega sólo torneos mixtos
Como todo jugador de ataque, Judit no es una experta en aperturas. Esa es la fase del juego que menos le gusta y sólo se encuentra cómoda cuando llega el medio juego donde puede lanzarse al ataque. Aun así es una experta en las aperturas que práctica (que son pocas). En sus comienzos jugaba el Gambito Bënko con negras y el Gambito de Rey con blancas. En la actualidad con las piezas negras es una especialista en la Siciliana y en la India Oriental, con blancas siempre juega 1.e4 (aunque alguna vez encontréis en sus partidas 1.d4, algo que hace cuando desea sorprender a su rival).
Al año siguiente volvió a intentar el asalto al campeonato del mundo, pero fue eliminada en cuartos de final por Alexandre Khalifman (que a la postre sería el ganador final). Judit consiguió eliminar a Peter Nielsen, Jordi Magem y Vadim Zvjaginsev.
Su nivel de juego siguió ascendiendo imparable y a partir del año 2000 obtuvo el triundo en varios torneos (Sigeman, Japfa, Memorial Najdorf, Hoogeven, Essent, Benidorm...). Gracias a estos triunfos consigue superar los 2700 ptos Elo, llegando a ser la 8ª en el Ranking de la FIDE.
          Sus estadísticas en partidas oficiales son: 458 victorias, 281 derrotas y 442 tablas; con un promedio de 57'5% (el promedio se saca de sumar victorias y tablas, y dividirlo por las partidas totales).


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